Hospitalizaciones por asma en niños entre 5 y 15 años aumentan con la llegada del otoño
Episodios de obstrucción bronquial, tos o silbido en el pecho al realizar ejercicio, risa o llanto, son algunos de los indicadores de que los niños podrían sufrir de asma. El pediatra de Nueva Clínica Cordillera, Dr. Jaime Cisneros, señala que, ante la sospecha de sufrir esta enfermedad, se debe confirmar a través de pruebas de función pulmonar, para iniciar el tratamiento oportuno.
Según la revista de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica, el 45% de los niños hospitalizados por asma en Chile no cuentan con un diagnóstico establecido de la enfermedad.
El asma es una afección en el que las vías respiratorias se estrechan e hinchan, lo que puede producir mayor mucosidad. El pediatra de Nueva Clínica Cordillera, Dr. Jaime Cisneros, señala que “esto puede dificultar la respiración y provocar tos, un silbido al exhalar y falta de aire, afectando considerablemente la calidad de vida de quienes la padecen”.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cerca de 300 millones de personas padecen de asma a nivel mundial, siendo la enfermedad crónica más frecuente en la edad pediátrica. Se estima que la prevalencia de asma en Chile, en el grupo de 6 a 7 años, es de 17,9% y en el grupo de 13 a 14 años es de 15,5%.
Dentro del estudio realizado, se tomó como muestra a niños de cinco años de edad que fueron hospitalizados por una crisis de asma. De los 396 niños, 168 no tenían un diagnóstico establecido, por lo que sólo 188 usaban al menos un tratamiento de mantención al momento de ser hospitalizados.
Para un mejor diagnóstico de esta enfermedad, el profesional señala que “hay que estar atentos a las manifestaciones clínicas de sospecha, para que de manera oportuna se realicen los exámenes de laboratorio”.
Sin embargo, el otoño suele ser una de las estaciones del año más complicadas con respecto a las alergias y el asma. La baja de las temperaturas, los virus estacionales y la contaminación, acrecientan la enfermedad del asma. Junto con ello, el estar de manera presencial, compartiendo con otros compañeros, al aire libre y teniendo contacto con cambios de temperatura y alérgenos, provoca la prevalencia de esta enfermedad.
En tanto, algunos factores desencadenantes más comunes son las infecciones virales y alergias, principalmente a los ácaros del polvo, pasto, malezas, árboles, hongos, pelo de animales y cucarachas y el reflujo gastroesofágico. “No debemos olvidar el rol de los contaminantes ambientales que existen en el aire y factores irritantes como la exposición al humo de tabaco, estufas a parafinas, leña, smog, o químicos fuertes que provienen de pinturas y pegamentos”, enfatiza Cisneros.
Algunas de las recomendaciones que realiza el especialista especialista para controlar una crisis, son mantener el tratamiento diario indicado por el médico tratante, usar correctamente los inhaladores, identificar los factores gatillantes y realizar un control periódico según la necesidad.