Nelly Salvo o Ericka Maira: buenas candidatas para un cargo ingrato
Una vez nominado él o la candidata para completar la quina de fiscal nacional, se volverá a desatar la «guerra sucia» para enlodarle e impedir su arribo al Ministerio Público en el más alto cargo. La Corte Suprema decidirá esta semana a quién nominará para reemplazar el cupo que dejó la rechazada ex mano derecha de Jorge Abbott, Marta Herrera.
Uno de los cargos de más poder en Chile, si no el más poderoso, es el del fiscal nacional. Él decide, a través de sus súbditos fiscales regionales, a quién se investiga y a quién no. Él decide, sin mayor contrapeso que un débil sistema de garantía, quién va preso y quien puede seguir en libertad.
Así sucedió por ejemplo, cuando el ex fiscal nacional Jorge Abbott sacó de la investigación del caso Soquimich al ex fiscal Carlos Gajardo. «Cuando asumió el fiscal Abbott, los primeros días de diciembre de 2015, la primera decisión que tomó fue sacarnos al fiscal Norambuena y a mí del caso SQM. Nosotros dejamos, al segundo día de haber asumido el fiscal nacional, de participar en el caso SQM. A partir de ese momento no volvimos a tener ningún tipo de vinculación con él. Nunca«, contó Gajardo en la clase magistral que dio en el tercer aniversario de AraucaniaDiario, en Temuco.
Y el resto de la historia es conocida. «Nos enteramos el viernes 12 de enero que el fiscal Manuel Guerra había llegado a un acuerdo de salida alternativa con Iván Moreira y a la semana siguiente renunciamos«, agregó Gajardo y es que el senador Moreira fue uno de los tantos perdonados por la Fiscalía, incluso considerando que al senador de la UDI la Corte Suprema acababa de desaforarlo para que fuera juzgado. Sin embargo, se le perdonó, a diferencia de miles de otros ciudadanos que día a día son condenados por faltas o delitos similares.
Los mismos de siempre
Fuentes al interior de la fiscalía cuentan que el rechazo a José Morales se debió, a que no daba las garantías de dejar en sus puestos de trabajo, a los mismos que llevan ocho o más años al lado de los fiscales nacionales. Tenía que armar «su equipo» y eso significaba que tenían que irse alrededor de 15 cargos de primer nivel, más algunos otros en subjefaturas. Por eso que le pidieron a Sabas Chahuán que hablara, que hablara mal de Morales, dicen desde la fiscalía.
Y si a Morales lo jodieron desde dentro, a Marta Herrera, por el contrario, la querían todos; ya que sí daba garantías de dejar a los mismos de siempre, en el mismo lugar. Pero no quedó, esta vez los senadores fueron más astutos -menos los de La Araucanía- y rechazaron su nominación, abriéndole la puerta a nuevos (as) candidatos (as).
Y una de ellas viene de dentro. Bueno, en realidad ambas han estado al interior del Ministerio Público, sólo que Nelly Salvo por menos tiempo, aunque con más poder.
Las dos candidatas
La primera que podría entrar en la terna es la actual secretaria general de la Contraloría, Nelly Salvo. Mujer cercana a la política y en especial al ex ministro del Interior Jorge Burgos (DC), con quien trabajó en el Gobierno de la ex Presidenta Michele Bachelet; pero también cercana al ex fiscal nacional Jorge Abbott, quien la puso a cargo de la División de Estudios del Ministerio Público y luego como directora de la Unidad Especializada en Responsabilidad Adolescente (2016-2020).
La abogada de la Universidad de Chile, es doctora en derecho y hoy, la mano derecha del contralor general Jorge Bermúdez, como jefa de la División de la Secretaría General.
Hay quienes dicen que correría con ventaja, ya que ella sola podría hacer el lobby necesario para que la apruebe el Senado, si es nominada por el Presidente Boric; ya que mientras trabajo con Jorge Burgos tuvo que negociar muchas veces con los senadores. Asimismo, desde la Contraloría comentan que Nelly Salvo es justamente quien le «contesta» el teléfono a todos.
Erika Maira
Y la otra candidata, con menos probabilidades de agradar a los senadores, es Erika Maira. Abogada de la Universidad Católica, actualmente gerenta de la División de Atención de Víctimas y Testigos del Ministerio Público, sería como la «matea» del curso y desde la nacional dicen que ha llegado lejos por su propio empeño.
Tiene diez años de experiencia como Fiscal Adjunta y tres años como Abogada Asistente de Fiscal. Especializada en delitos violentos, sexuales y violencia intrafamiliar, con vasta experiencia en investigación criminal, protección de víctimas y litigación.
Pertenece al Comité de Género de la institución, participando en el desarrollo de la política de género y en la implementación de su plan de acción. En materia de crimen organizado conformó la Mesa de la Macrozona Norte contra el Crimen Organizado; coordinó la Mesa Interna de Trata de Personas de la Fiscalía Nacional y lideró la subcomisión de Seguridad de Fiscales frente al crimen organizado, en la Comisión Nacional de Seguridad del Ministerio Público.
Violencia en La Araucanía
En el tema rural, Erika Maira ha participado en la Mesa de la Macrozona Sur sobre violencia rural y en la Mesa sobre gestión de Medidas de Protección de Carabineros de Chile de la Macrozona Sur. Además, fue Directora de la Asociación Nacional de Fiscales en dos períodos y es la única que no fue elegida por el ex fiscal Jorge Abbot para asumir su cargo de jefatura: se hizo por concurso y ganó de entre 50 postulantes, a diferencia de todo el resto.
Finalmente, ambas buenas candidatas con experiencia en el Ministerio Público, una cercana a Abbott y la otra no. Una con buenos vínculos en el Senado y la otra sólo en su trabajo, siempre defendiendo a las mujeres hasta parecer feminista (algo que al actual Gobierno le podría gustar).
