El Estado y el gobierno de turno, lo que deben evaluar y repensar es el sistema carcelario en su totalidad.

Existen diversas falencias y aspectos que se deben resolver y mejorar para que el modelo penitenciario funcione de manera adecuada, ya que hay severos problemas de seguridad y control al interior de estos recintos, así como hacinamiento y las condiciones en que trabajan los gendarmes para resguardar también la seguridad del personal.
Un punto importante a abordar, por ejemplo, es que haya una adecuada segmentación de los internos, de manera que estén agrupados según su grado de peligrosidad y tipo de crimen que han cometido, ya que no todas las cárceles en Chile tienen esa segmentación, mezclando a reos altamente peligrosos con delincuentes comunes.
Fortalecer la infraestructura carcelaria es otro aspecto a mejorar y que las autoridades deben evaluar. Esas son las prioridades que el Estado debe atender más que construir cárceles para determinados grupos según su origen o etnia, ya que eso atentaría contra la igualdad ante la ley y sería un mal precedente.
Chile necesita un sistema carcelario acorde a la realidad actual y que a su vez sea un espacio para lograr la reinserción de aquellas personas que quieran reincorporarse a la sociedad.